- Para los griegos, lo verdadero es aquello que permanece siempre igual. El término griego alétheia significa des-velar haciendo referencia a la necesidad de descubrir la esencia de las cosas mediante el uso de la razón.
- En el mundo romano, la palabra latina veritas se refiere a la exactitud, el rigor cuando pensamos algo y cuando lo expresamos mediante el lenguaje.
- En el mundo cristiano medieval, la verdad se concibe como los principios necesarios e inmutables que son revelados a los hombres por Dios.
- En la revolución renacentista, la ciencia comienza a alejarse de la religión y con ello surge la necesidad de establecer unos criterios de certeza que garanticen la verdad de nuestros conocimientos.
- En la postmodernidad verdad es igual a eficacia, es decir, consideran que no existen criterios de certeza que sean universalmente válidos.
Verdad como adecuación y correspondencia
Según esta teoría, la verdad consiste en que nuestra representación de la realidad se corresponde con los hechos y objetos que la conforman. Ello implica que el individuo es pasivo en su relación con la realidad, y que la conoce tal como es.
Immanuel Kant no esta de acuerdo con esta teoría ya que el sujeto no es un mero receptor pasivo sino que la mente actua construyendo el objeto de conocimiento, aportando conceptos universales y categorías que conforman y modulan la realidad.
Así la verdad no se puede entender como una correspondencia exacta entre la cosa, tal como es en si misma, y un conocimiento pasivo que recibe los datos tal cual. Sino que se trata de una correspondencia entre los datos que me aporta la realidad y la interpretación que de ellos hace mi mente, lo cual no supone que debamos caer en el exceptismo.
- El tiempo: considera verdadero todos los hechos pasados, lo que en la sociedad moderna llamamos tradición. A su vez también está la visión opuesta en la que el futuro verificará lo que hoy en día consideramos verdadero o falso.
- La certeza psicológica o moral: se trata de una convicción interna, subjetiva y que se basa en la fidelidad a nosotros para nosotros mismos. Hay que tener cuidado de no caer en el sujetivismo o en el relativismo.
La evidencia: afirma que una proposición es verdadera si es evidente, es decir, si se presenta con tanta claridad y distinción a nuestras mentes que éstas no pueden por menos que aceptarla. Por ejemplo, la proposición "Ahora estoy leyendo" es verdadera ya que, para cualquier lector de la frase, la proposición es evidente. Como es obvio, ciertas ideas son evidentes para determinadas personas (depende de sus creencias y de sus conocimientos).
La intersubjetividad y el diálogo: dice que algo no puede ser nunca considerado como verdadero si solo es afirmado por una persona o por una única colectividad. La condición fundamental del diálogo es estar dispuesto a renunciar a nuestra reindivicación máxima.